Cómo hablar con sus hijos sobre el divorcio

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El divorcio puede suponer una carga para todos los miembros de la familia, especialmente para los niños. A menudo es un reto ser positivo en una situación así y ver que puede ser la mejor opción para la felicidad futura.

El divorcio suele ser el que más afecta a los niños. Si son niños pequeños, puede que no sean capaces de entender del todo lo que está pasando. Sin embargo, no importa la edad que tengan; ya sean niños pequeños o adolescentes, generalmente su primer instinto es culparse a sí mismos. La buena noticia es que puedes hacer mucho para ayudar a tu hijo a afrontar esta dura transición y reducir algunos de los dolorosos efectos del divorcio.

Los niños estarán naturalmente ansiosos y preocupados. Hablar con los hijos sobre el divorcio debe hacerse más pronto que tarde. Si es posible, es mejor decírselo juntos como padres. Trata de discutir de antemano lo que quiere decirles para que puedan estar en la misma página – esto también evitará que los niños escuchen dos versiones diferentes de los acontecimientos.

Aunque el matrimonio se esté disolviendo, los niños necesitan sentir confianza en la relación paterna.

Puedes empezar diciendo: “Durante mucho tiempo, mamá y papá no se han llevado bien. Hemos intentado de muchas maneras hacer más feliz nuestro matrimonio, pero seguimos sin ser felices el uno con el otro. Hemos decidido no seguir viviendo juntos y divorciarnos”. Los niños suelen tener muchas preguntas. Es posible que quieran saber dónde y con quién vivirán, cuándo verán a cada uno de vosotros y a qué colegio irán. Si conoces las respuestas, comparte esta información con ellos en ese momento; si no, sé sincero y promete decírselo una vez que esté resuelto.

Con los siguientes consejos, puedes ayudar a tu hijo a afrontar el divorcio:

1. Mantén un diálogo abierto mostrándote abierto y accesible

Habla con sus hijos sobre el divorcio. Lo peor que puedes hacer es actuar como si no pasara nada entre vosotros. Incluso si tienes algunas emociones reprimidas sobre tu ex-cónyuge, esto no significa que debas rehuir el tema con tu hijo.

2. Acepta el enfado y la decepción de tus hijos

Escucha cómo se sienten sus hijos y sepa que es natural que tengan estas emociones.

3. Nadie tiene la culpa

Asegúrate de que tus hijos saben que el divorcio no es culpa suya. Como no conocen la causa real del divorcio, pueden recurrir a culparse a sí mismos. Incluso pueden empezar a creer que hay algo que pueden hacer para arreglar el matrimonio. Ayúdales a aceptar estos sentimientos.

4. Haz que tus hijos sepan que mamá y papá les siguen queriendo mucho

Con todos los cambios que están ocurriendo en la vida de tu hijo, necesitan saber que una cosa -la más importante de todas- no va a cambiar.

5. Proporciona estabilidad

Aunque se produzcan cambios significativos, como un traslado, intente mantener las rutinas familiares de sus hijos en la medida de lo posible. Por ejemplo, mantenga constantes las horas de acostarse, de comer y de recibir a los amigos. Los niños se sienten más seguros en un entorno rutinario.

6. Informa a tus hijos de cualquier cambio con antelación

Cuando se tomen decisiones importantes en la familia, facilite a sus hijos estos cambios. Infórmales antes de que se produzca el cambio, para que tengan tiempo de prepararse.

7. Explica el régimen de visitas

Explique a sus hijos el régimen de visitas y dígales cuándo podrán ver a cada progenitor. Si uno de los progenitores no pasa tiempo con los niños durante una semana, por ejemplo, asegúrate de que el niño lo sabe y tiene tiempo para afrontarlo.

8. Evita la negatividad

Si su ex cónyuge le ha hecho daño, puede ser difícil evitar la negatividad. A menos que tu ex pareja tenga un historial de daño a tus hijos, es más difícil para ellos si menosprecias a tu ex. Toma siempre el camino más fácil y piensa en algo positivo que decir sobre la otra persona. Esto alivia la tensión del divorcio para tu hijo.

9. Haz arreglos para las ocasiones especiales

Todo el mundo debe tener consideración cuando se trata de eventos especiales como cumpleaños o vacaciones. Si crees que puedes ser civilizado, intenta compartir estos momentos con tu ex cónyuge. Si no es posible, reparte el tiempo de forma equitativa entre ambos padres. Podéis repartiros las mañanas y las tardes, o alternar los días festivos.

El divorcio puede alterar las expectativas de tu vida, pero no tiene por qué afectar a la forma de educar a tus hijos. Recuerda también las necesidades de ellos y ambos perseveraréis en este momento de prueba.