Daños de las quemaduras solares en la piel

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¿Cómo se producen las quemaduras solares?

Todos estamos de acuerdo en que las quemaduras solares son experiencias muy dolorosas. Por muy dolorosas e irritantes que sean, siempre se producen como respuesta protectora a nuestra piel dañada por los rayos UV del sol. Avisa al cuerpo de que la piel ha sido dañada y comienza el proceso de reparación.

Hay dos tipos principales de rayos ultravioleta que pueden provocar quemaduras solares: los rayos UVA y los UVB. Estos rayos son emitidos por el sol y afectan a la piel en distintos grados. El primer tipo, los rayos UVA, no suelen provocar quemaduras solares y, por tanto, su efecto es menos grave. Sin embargo, penetran en la piel más profundamente que los rayos UVB y provocan un envejecimiento prematuro.

Los rayos UVB, en cambio, son más graves y provocan quemaduras solares inmediatas. Están más presentes en los días calurosos y soleados (durante el verano, por ejemplo). Estas pueden provocar cáncer de piel si te quemas regularmente. De hecho, las investigaciones han demostrado que las quemaduras solares provocadas por los rayos UVB aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel hasta en un 300%.

¿Cuánto daño puede causar una quemadura solar?

Las quemaduras solares pueden dar lugar a la formación de manchas escamosas conocidas como queratosis actínica. Estas manchas aparecen sobre todo en el cuero cabelludo, los labios, la cara, el cuello, los antebrazos y el dorso de las manos. Se agrandan lentamente con una mayor exposición al sol y, si no se controlan o no se tratan, pueden convertirse en un carcinoma de células escamosas, el segundo tipo más común de cáncer de piel.

botella de vidrio marrón a través de dos mujeres

El carcinoma de células escamosas (CCE) se presenta en forma de una mancha escamosa, una protuberancia roja o una llaga que nunca se cura del todo. Estos crecimientos cutáneos suelen aparecer en la espalda, el pecho, la cara, los brazos, el cuello y las orejas.

Prevención de los daños causados por el sol

La piel dañada por el sol no se puede curar, lamentablemente. Sólo puede desprenderse a medida que el cuerpo se regenera. El mejor método para reducir las posibilidades de dañar la piel es tomar medidas preventivas a diario. Estas medidas incluyen limitar el tiempo de exposición al sol si es posible, usar un sombrero mientras se está al aire libre, evitar las camas de bronceado y usar siempre un protector solar con un FPS mínimo de 30 a diario.